biografia de don pedro rivera el patriarca del corrido

Biografía

Fabricante de artistas y cantante del pueblo

Don Pedro Rivera, El patriarca del Corrido, la leyenda que revoluciono la industria del disco en Estados Unidos.

Compositor, interprete, actor, productor y fabricante de artistas, un hombre de campo que emigro a Los Estados Unidos, con la filosofía de progresar y luchar por un mejor porvenir para su familia.

En pocas historias se da una lección de perseverancia y una trayectoria impresionante que ha dejado huella en la historia del disco. Con visión extraordinaria descubrió varios artistas que se convirtieron en verdaderos éxitos discográficos, como Chalino Sánchez, Los Razos, Graciela Beltrán, El Chapo de Sinaloa, Voces del Rancho, Los Canelos de Durango, Rogelio Martínez y muchos otros que se han forjado a su lado. Actualmente entre sus logros se incluyen sus propios hijos aglutinados en la Dinastía Rivera, con Jenni Rivera, La Diva de La Banda; Lupillo Rivera, El Despreciado; Gustavo Rivera, El Mal Querido; Juan Rivera, El Abandonado; y su hijo Pedro Rivera Jr., quien se desarrolló como cantante de música cristiana y lo involucro en la industria del disco.

Érase una vez…
La historia de este gran magnate de la música regional mexicana se inició en La Barca, Jalisco, su lugar de origen, donde creció absorbiendo la cultura y la música regional mexicana. Después de contraer nupcias con la mujer de su vida, Rosa Amelia Saavedra, cantante aficionada y poseedora de una bella voz, emigro a Estados Unidos, en busca de un mejor porvenir en 1966.

Un tren carguero fue el vehículo que transportaría a Don Pedro Rivera, en calidad de indocumentado, desde Yuma, Arizona, hasta Indio se encontró con un hombre de buen corazón que lo llevaría de aventón, dándole un “ride” hasta la ciudad de Los Angeles.

Después el autobús, junto a otros campesinos, lo llevo rumbo a Fresno, su destino final, donde las tierras fértiles del Rancho Coit le dieron la bienvenida a su trabajo en el campo, pizcando lechuga, algodón, melón, uva y fresa, forjándose en él un hombre de justicia:

“Así vivió siempre por pueblos y calles, sin paz ni reposo, pues nunca permito, ni al más poderoso, que humillen al pobre”.

Pero este personaje del pueblo, que trabajó en múltiples labores como campesino, garrotero, fotógrafo y vendedor ambulante, tenía una meta trazada: salir adelante en cualquier terreno, con el sudor de su frente.

Trabajador incansable, delegó en sus hijos el amor al trabajo, desbordando en ellos con energía y amor, su filosofía por la vida: alcanzar las metas y el éxito.

Con el apoyo de su esposa y sus pequeños hijos, después de vender miles de botones emblemáticos de las Olimpíadas de 1984, logra reunir una respetable cantidad de dinero, que invirtió en su primera producción titulada “Voy A Bajarte Una Estrella”, con acompañamiento de mariachi.

“Que cante el fotógrafo”, gritaban los parroquianos de los pequeños centros nocturnos y cantinas de la urbe angelina. Y Don Pedro cantaba, disfrutando el aplauso que lo transformaría en un hombre de negocios y más tarde en un exitoso productor de música regional mexicana.

Una vida de corrido

Debuta en el cine como fotógrafo de fijas en la película ‘Asalto en Tijuana’ en 1984.
Ese mismo año incursiona como actor en ‘Camino al Infierno’, basada en un corrido de su propia inspiración y protagonizada por Jorge Luke, Manuel Capetillo y Mario Almada. Continúa con la película ‘La Tumba del Mojado’, con Rosenda Bernal, Humberto Luna, Miguel Angel Rodríguez y Pedro Infante Jr.

Prosigue con una trilogía protagonizada por Los Tigres del Norte: ‘La Jaula de Oro’, ‘La Puerta Negra’ y ‘El Corrido de Los Pérez’, esta última con los hermanos Almada.

Otros títulos de su etapa cinematográfica son ‘Verdugo de Traidores’, basada en un corrido de su propia autoría; ‘La Dinastía de Los Pérez’, rodada en Tepatitlán, Jalisco, al lado de los Hermanos Almada y Emilio Franco; ‘Las Nieves de Enero’, con el primer actor Sergio Goyri y Bernabé Meléndrez; ‘La Misa de Cuerpo Presente’, realizada en Nostitlán, Zacatecas y Aguascalientes; ‘El Fiscal de Hierro’, con Lucha Villa y los Almada, de la cual surgieron cuatro largometrajes más, inspirándose en una historia conmovedora que también se escribe a partir de un corrido de suyo.

En 1987 establece el sello discográfico Cintas Acuario, con el propósito de grabar sus propios discos y apoyar al talento local. Cantante que se transformaría en mito, Chalino Sánchez fue uno de ellos.

En la Navidad de 1989, su hija Jenni le regala una pluma de oro: “Para que te conviertas en el mejor compositor, papá”, le dijo; y sus palabras resultaron proféticas.

Con esa pluma escribe uno de sus más grandes éxitos: ” La Caída de Noriega”. El 5 de enero de 1990 Pedro Rivera El Patriarca del Corrido adquiere niveles insospechados como compositor.

La familia

Para Don Pedro Rivera, la familia, su esposa y sus hijos, su madre y sus hermanos, ha sido parte Pedro Rivera central de su vida.

En este terreno la Dinastía Rivera, tiene un fuerte sentido de unidad familiar, cimentándose en los principios y la cultura mexicana, sus tradiciones y sus peculiares razonamientos de sentimiento y amor.

Su historia se desarrolló como otras tantas historias de amor. Surge de un hombre de campo, que alimentaba a sus chivas en La Barca, Jalisco; y emigra en bicicleta a la ciudad de Hermosillo, Sonora; donde conoce a una bella jovencita en un concurso de aficionados en la radio local XEDL AM. Desde el primer momento su voz y su belleza lo impresionan. Después de conquistarla, se casa con ella en 1963 y la sostiene con la venta de cachitos de lotería y lavando autobuses de carga, que convierten en su nido de amor.

Sus medios económicos no les permiten alimentarse correctamente; y disfrutando del pan con cajeta, construyen una familia, que ahora se ha transformado en la Dinastía Rivera, una de las familias más sólidas en el ámbito artístico y comercial. Sin embargo, su éxito no ha logrado cambiar sus tradiciones y el símbolo de unidad y amor fraterno.

Fruto de la unión de dos personas que paradójicamente se unieron en torno a la música, ambos procrearon seis hijos: Pedro Rivera Jr,, , intérprete de música cristiana y pastor de la iglesia Primer Amor; Gustavo Rivera, El Malquerido, ingeniero en aeronáutica, fotógrafo como su padre y ahora relevante cantante de música regional mexicana; Jenni Rivera, la Diva de La Banda, una de las más destacadas cantantes en su género, con licenciatura en Bienes Raíces y estudios de Administración de Empresas; Guadalupe Rivera ‘Lupillo’, “El Toro del Corrido”; Juan Rivera, El Grande, que se destacó como beisbolista y estudió Comunicación y ahora está dedicado a su carrera artística; y la más pequeña, Rosa Rivera, estudiante de Abogacía en la Universidad de Irvine, California y administradora de Cintas Acuario Inc.

“El tiempo que comparto con mi familia es lo más importante para mí”, sostiene Don Pedro.

“Desde chiquitos, les di alas para volar, con disciplina, eso sí; pero siempre les señalaba que tenían que ser los mejores, en lo que decidieran ser. La música fue siempre mi refugio y me veían cantar en la casa y fuera de ella. Se les fue formando de a poco el interés por la música y el espectáculo. Encontré en mi pareja, la guía y el apoyo para formarlos como hombres trabajadores y lo mismo con mis hijas. Hoy tengo la fortuna de tener hijos exitosos en el oficio de cantar y se han convertido en los nuevos ídolos del pueblo”.

Reflexiones

Don Pedro Rivera, El Patriarca del Corrido, el personaje del pueblo, comenta:
“Siempre he tratado de ser el mejor en cualquier campo. Soy un hombre de lucha, de trabajo, con convicciones firmes, de fuerte carácter, determinado. Aún recuerdo cuando andaba detrás de las chivas, en mi natal Jalisco, convencido de que algún día sería grande y lograría, pese a mis pocos estudios, un mejor porvenir.

“Ahora soy un hombre de empresa. Eso se lo debo primeramente a Dios, a mi constancia en el trabajo y al apoyo incondicional de toda mi familia, a mis principios y la fortaleza que le dan a uno los golpes en la vida.

Mi mejor escuela ha sido la vida misma, con sus altibajos y logros, de los cuales me siento orgulloso. Pero lo que nunca olvido, es la humildad. Esa es la base para ser un hombre de bien. La grandeza no está en el poder, sino en poder aquilatar lo bueno y lo malo; y sobre todo en ser buenos hermanos, buenos hijos, buenos padres y buenos amigos, sin olvidar nunca que somos del pueblo. Por eso en mis canciones se refleja mi solidaridad con aquellos que son parte de mi historia y de mi vida”.

Cantante del pueblo

En 1984 lanzo su primera producción.

Actualmente tiene más de 50 producciones y aproximadamente 1590 canciones grabadas lanzados, bajo el sello Cintas Acuario. Recientemente sacó sus nuevas producciones “Amor de Cuatro Paredes” “Dos botellas de Mezcal” (estilo Bachata) la cual está teniendo mucha aceptación por el público. “La Diva de la Banda” y” Jenni mi Bendición” (canciones dedicada a su fallecida hija Jenni Rivera), además entre su repertorio están “El Bato Perron” “El Pato Nada”, “Dando y Dando” “El Especial.”. Don Pedro Rivera a participado en un sin número de programas en las grandes cadenas de televisión en Los Estados Unidos y México, como cantante y Juez de variedades musicales.

Sinopsis

Es un apasionado por el que hacer musical, crear, producir y escribir canciones, algunas interpretadas por él mismo y otras por aquellos que él considera que le darán el sabor auténtico del pueblo.

Cuando se le cuestiona sobre su secreto para fabricar artistas, responde: “No. No hay secretos. La fórmula es sencilla. Al pueblo no le gustan los artistas de plástico o acartonados. Se identifican mejor con alguien que, aunque no cante bien o no tenga buena voz, capte el sentir y la esencia de nuestra música. Nuestro pueblo se identifica con seres reales, con gente sencilla como ellos. Es una comunicación directa. Es la relación humana. Eligiendo un repertorio dentro del pueblo mismo, dándole el sabor especial de banda, o de mariachi o de norteño. El intérprete trasmite ese sentir y nosotros venimos de ahí, de la tierra, del pueblo, donde la música popular es nuestro alimento”.

En su faceta de compositor el nombre de Don Pedro Rivera está escrito en la historia del corrido mexicano en Estados Unidos. El investigador Elijah Wald lo considera uno de los más prolíferos y acertados autores de este género. Para él componer es un oficio: “Escribir corridos o canciones es describir sucesos que algún día serán historia. Es como narrar algo cotidiano, o un evento, recreando ese momento anecdótico. Después se le pone música. A veces ésta surge espontánea y viene la melodía y la letra al mismo tiempo. Es como una aventura. La disfruto al máximo. Y después, cuando he visto mis corridos en el cine, es como si adquirieran forma y colorido. La imagen se amplía y los elementos adquieren vida propia.

En suma, El Patriarca del Corrido, es un historiador que difunde las anécdotas de la gente, con notable observación y capacidad de análisis, logrando captar el sentir del pueblo, el mismo que aplaude a sus hijos y a los demás artistas que ha descubierto.

Leyenda viviente que se ha destacado en varias facetas, Don Pedro Rivera sólo se involucra con el arte y con la música.

Objetivamente, se considera un tipo afortunado que ha tenido la dicha de formar una familia sólida y exitosa. En la práctica, es un hombre sencillo y cabal que ha construido un imperio en la música regional mexicana y trasciende con paso firme a otras latitudes.